Encargado por el duque Cosme I de Médicis en 1565, el Corredor vasariano fue diseñado por Giorgio Vasari. A lo largo de casi un kilómetro, serpentea a través de la Galería de los Uffizi, sobre el Ponte Vecchio, y por encima de las calles de Florencia, completamente oculto a la vista del público.
El pasillo tenía una finalidad muy práctica: permitía a los Medici gobernantes desplazarse libremente y con seguridad entre su lugar de trabajo y su casa, lejos de posibles enemigos o disturbios políticos.
Hoy, tras una restauración de 8 años, se ha reabierto, permitiendo a los visitantes recorrer el mismo camino antaño reservado a la familia más poderosa de Florencia.